jueves, 13 de julio de 2017

La Ley Del Amor


La Ley Del Amor

¿Eres feliz? No, no me respondas todavía. Porque no creo que sea una pregunta que se pueda contestar alegremente. Además, me gustaría que fuera una respuesta sincera, que no contestes simplemente por dar una buena imagen pensando en cuál es la respuesta que yo quisiera escuchar. No creas que te pido sinceridad por mí. A mí seguramente me podrías engañar y no pasaría nada.

 Te pido que seas sincero contigo mismo, que no intentes auto engañarte, porque de la respuesta a esta pregunta depende toda tu vida. ¿Por qué creo que es tan importante? Porque creo que el deseo de todo ser humano es llegar a ser verdaderamente feliz. ¿O acaso no deseas ser feliz? Yo observo a la gente y no veo que la mayoría sean felices. No desprenden felicidad. ¿Por qué? A lo mejor es que no sabemos cómo ser felices. ¿Se puede llegar a ser feliz y cómo? Creo que todos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez, es decir, ¿cómo se puede llegar a ser feliz? Intuitivamente relacionamos el ser feliz con el hecho de conocer el amor. Me refiero al amor de pareja. Por eso, muchas veces hemos soñado con encontrar ese amor que nos haga felices. Hay personas que me dirían no. No es cierto. El amor no da la felicidad porque yo he amado mucho y ese amor me ha hecho sufrir. Son personas que asocian el amor con el sufrimiento, y para no sufrir prefieren no amar. Pero, ¿qué es el amor, qué son los sentimientos? ¿Sabemos lo que es el amor realmente? Vamos a dejar esta pregunta en el aire. Tendremos tiempo de pensar mucho en ella a lo largo del libro. Ahora quiero hablaros de otro tema.

Después de mis primeros contactos con el mundo espiritual, y mis primeras experiencias con los viajes astrales, se despertó en mí un fuerte sentimiento de nostalgia por aquel mundo, y al mismo tiempo una falta de interés por la vida de este. Mi visión del mundo y de la vida había cambiado radicalmente. Si antes no entendía lo que pasaba, ahora, después de mis primeras experiencias extracorpóreas, me daba la sensación de que este mundo es como una especie de teatro donde el ser humano pasa toda la vida interpretando un papel, como si fuera un actor que, a fuerza de pasar mucho tiempo representando la misma 6 obra acaba metido tan a fondo en su personaje que cree que su personalidad es la del personaje que interpreta, y que no hay otra realidad que la de la obra en la que está actuando. Contemplaba a la gente con la sensación de que todos éramos robots que actuábamos mecánicamente, inconscientes de la verdadera realidad, entretenidos en cosas banales e irrelevantes a las que les dábamos mucha importancia. Me refiero a la importancia que le damos al tener éxito en la vida, es decir, a tener reconocimiento, fama, prestigio, dinero o poder.

La mayoría de personas emplean todas sus fuerzas en conseguir esos objetivos, como si de ello dependiera su felicidad. Mi sensación era que todo aquello a lo que la gente le da tanta importancia era totalmente irrelevante para mí, porque en nada de ello encontraba un motivo que me hiciera feliz, feliz como me había sentido cuando estaba en el plano espiritual. Al mismo tiempo otra preocupación me generaba intranquilidad, y ésta era el poder recordar completamente todos los detalles de las experiencias vividas en el plano espiritual, porque aunque yo apuntara todo lo que recordaba, tenía la sensación de que era imposible recordarlo todo completamente y exponerlo tal y conforme lo había vivido. Y por ello, cuando me intentaba relajar para poder desprenderme del cuerpo no podía conseguirlo. Pensamientos desordenados acudían a mi mente impidiéndome la completa relajación que necesitaba.





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